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  • No hay fracaso para el hombre que se da cuenta de su poder, que nunca sabe cuándo está vencido; no hay fracaso para el esfuerzo decidido, la voluntad conquistable. No hay fracaso para el hombre que se levanta cada vez que cae, que rebota como una pelota de goma, que persiste cuando todos los demás se rinden, que sigue adelante cuando todos los demás retroceden.