Autores:
  • Cuando tengo que jugar un partido, empiezo a relajarme nada más levantarme. Todo lo que hago, lo hago despacio y con calma. Eso vale para acariciar la maquinilla de afeitar, vestirme y desayunar. Prácticamente voy a cámara lenta. Cuando estoy listo para jugar, estoy tan acostumbrado a tomarme mi tiempo que es imposible apresurar mi swing.