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Acostúmbrate a tratar con Dios acerca de todo. A menos que en el primer momento despierto del día aprendas a abrir la puerta de par en par y dejar entrar a Dios, trabajarás en un nivel equivocado todo el día; pero abre la puerta de par en par y ora a tu Padre en secreto, y cada cosa pública será sellada con la presencia de Dios.