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  • Para que el fuego arda con fuerza, hay una regla muy sencilla: Mantén los dos troncos juntos, lo suficientemente cerca como para que se mantengan calientes y lo suficientemente separados -aproximadamente el ancho de un dedo- para que puedan respirar. Buen fuego, buen matrimonio, la misma regla.

    Marnie Reed Crowell (1973). “Greener pastures”