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Hay muchas formas de ser desgraciado, pero sólo hay una de estar a gusto: dejar de correr detrás de la felicidad. Si te decides a no ser feliz, no hay razón para que no te lo pases bastante bien.
Hay muchas formas de ser desgraciado, pero sólo hay una de estar a gusto: dejar de correr detrás de la felicidad. Si te decides a no ser feliz, no hay razón para que no te lo pases bastante bien.