Autores:
  • Los verdaderos sabios hablan poco de religión y no son dados a tomar partido en cuestiones doctrinales. Cuando oyen a la gente defender u oponerse a las pretensiones de tal o cual partido en la Iglesia, se apartan con una sonrisa como la que los hombres ceden a la charla de los niños. No tienen tiempo, dirían, para esas cosas. Ya tienen bastante con intentar practicar fielmente lo que no admite discusión.