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El asesinato y la pena capital no son opuestos que se anulan mutuamente, sino similares que engendran su especie. Es el hecho el que enseña, no el nombre que le damos.
El asesinato y la pena capital no son opuestos que se anulan mutuamente, sino similares que engendran su especie. Es el hecho el que enseña, no el nombre que le damos.