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  • El hombre puede ciertamente huir de Dios... pero no puede escapar de él. Puede ciertamente odiar a Dios y ser odioso a Dios, pero no puede cambiar en su opuesto el amor eterno de Dios que triunfa incluso en su odio.

    Karl Barth (2010). “Church Dogmatics Study Edition 11: The Doctrine of God II.2 § 34-35”, p.122, A&C Black