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Para quienes hemos perdido a seres queridos en la flor de la vida -como me ocurrió a mí cuando sucumbieron mi padre y otros familiares-, incluso uno de esos años habría sido un regalo precioso.
Para quienes hemos perdido a seres queridos en la flor de la vida -como me ocurrió a mí cuando sucumbieron mi padre y otros familiares-, incluso uno de esos años habría sido un regalo precioso.