-
Cada noche deberíamos pedirnos cuentas a nosotros mismos: ¿Qué debilidad he dominado hoy? ¿A qué pasiones me he opuesto? ¿Qué tentación he resistido? ¿Qué virtud adquirida?
Cada noche deberíamos pedirnos cuentas a nosotros mismos: ¿Qué debilidad he dominado hoy? ¿A qué pasiones me he opuesto? ¿Qué tentación he resistido? ¿Qué virtud adquirida?