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  • La gente teme al silencio porque es transparente; como el agua clara, que revela todos los obstáculos -los usados, los muertos, los ahogados-, el silencio revela las palabras y los pensamientos desechados que se dejan caer para oscurecer su clara corriente. Y cuando la gente mira demasiado cerca del silencio, a veces se enfrenta a sus propios reflejos, a sus sombras magnificadas en las profundidades, y eso les asusta. Lo sé, lo sé.

    Janet Frame (1980). “Scented gardens for the blind: a novel”, George Braziller