Cuando miraba hacia las nubes o hacia el precipicio, se daba cuenta de que aquella mujer era lo más importante de su vida; que ella era la explicación, la única razón de la existencia de aquellas rocas, de aquel cielo, de aquel invierno. Si ella no estuviera allí con él, no importaría que todos los ángeles del cielo bajaran volando para consolarlo: el Paraíso no tendría sentido.