Autores:
  • Harry se sentía sin aliento, como si acabara de chocar contra algo pesado. Había visto por última vez aquellos fríos ojos grises a través de las rendijas de la capucha de un mortífago y había oído por última vez la voz de aquel hombre burlándose en un oscuro cementerio mientras Lord Voldemort lo torturaba. No podía creer que Lucius Malfoy se atreviese a mirarle a la cara; no podía creer que estuviese aquí, en el Ministerio de Magia, o que Cornelius Fudge estuviese hablando con él, cuando Harry le había dicho a Fudge hacía sólo unas semanas que Malfoy era un mortífago.