-
Si, pues, me pidieran el consejo más importante que puedo dar, el que considero más útil para los hombres de nuestro siglo, diría simplemente: en nombre de Dios, deténganse un momento, dejen de trabajar, miren a su alrededor.
Si, pues, me pidieran el consejo más importante que puedo dar, el que considero más útil para los hombres de nuestro siglo, diría simplemente: en nombre de Dios, deténganse un momento, dejen de trabajar, miren a su alrededor.