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  • Hoy aprenderé en la escuela a leer de una vez; mañana empezaré a escribir, y pasado mañana a cifrar. Luego, con lo que adquiera, ganaré mucho dinero, y con el primero que tenga en el bolsillo le compraré inmediatamente a mi papá un hermoso abrigo de paño nuevo. Pero, ¿qué estoy diciendo? De tela. Será todo de oro y plata, y tendrá botones de diamantes. Ese pobre hombre se lo merece de verdad; porque para comprarme libros y para que le enseñe se ha quedado en mangas de camisa... ¡Y con este frío! ¡Sólo los padres son capaces de tales sacrificios!