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Y así sucedió que los Silmarils encontraron sus largos hogares: uno en los aires del cielo, otro en los fuegos del corazón del mundo y otro en las aguas profundas.
Y así sucedió que los Silmarils encontraron sus largos hogares: uno en los aires del cielo, otro en los fuegos del corazón del mundo y otro en las aguas profundas.