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  • A medida que vivimos, nuestros corazones se vuelven más fríos. A medida que envejecemos, sufrimos dolor. Nos insultan los demás, perdemos la confianza en ellos. Los amigos nos apuñalan por la espalda. Nos resulta más difícil echar una mano a los demás. Las personas que amamos nos rompen el corazón, aunque les demos todo lo que tenemos. Con el tiempo perdemos a la familia. ¿Qué otra cosa podría oxidar más el corazón con el tiempo? El oro negro.