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El silencio es el más perfecto heraldo de la alegría: Poco me alegraría, si pudiera decir cuánto. Señora, como vos sois mía, yo soy vuestro: Me entrego por ti y me deleito en el intercambio.
El silencio es el más perfecto heraldo de la alegría: Poco me alegraría, si pudiera decir cuánto. Señora, como vos sois mía, yo soy vuestro: Me entrego por ti y me deleito en el intercambio.