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Los vínculos entre nosotros y otra persona sólo existen en nuestra mente. La memoria, a medida que se debilita, los afloja, y a pesar de la ilusión por la que queremos ser embaucados y por la que, por amor, amistad, cortesía, deferencia, deber, embaucamos a otras personas, existimos solos. El hombre es la criatura que no puede escapar de sí misma, que sólo conoce a los demás en sí misma, y cuando afirma lo contrario, miente.