Autores:
  • Los problemas de la juventud de hoy ya no eran un suplemento dominical, ni un telediario, ni nada tan remoto e intangible. De repente se habían convertido en un chico sucio y tembloroso, que nos contaba que en este mundo que habíamos construido para él con nuestro sudor y nuestra sangre, no sólo estaba cansado de vivir, sino que le daba tan poco miedo morir que lo hacía a diario, a veces por recreo.