Autores:
  • Había un muro. No parecía importante. Estaba construido con rocas sin cortar y con argamasa. Un adulto podía mirar por encima e incluso un niño podía escalarlo. Donde cruzaba la calzada, en lugar de tener una puerta degeneraba en mera geometría, una línea, una idea de frontera. Pero la idea era real. Era importante. Durante siete generaciones no había habido nada en el mundo más importante que aquel muro. Como todos los muros, era ambiguo, tenía dos caras. Lo que había dentro y lo que había fuera dependía del lado en que te encontraras.

    Ursula K. Le Guin (2009). “The Dispossessed”, p.6, Harper Collins