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  • Prométeme que te casarás conmigo. Ahora no. Algún día. Porque necesito saberlo". Claire sintió un aleteo en su interior, como un pájaro intentando volar, y una oleada de calor que la mareó. Y algo más, algo frágil como una pompa de jabón, e igual de hermoso. Alegría, en medio de todo este horror y angustia. "Sí", susurró ella. "Te lo prometo". Y le besó, y le besó, y le besó, mientras el sol salía y bañaba Morganville en un último y brillante día.