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  • Ojalá hubiera algún tipo de interruptor en mi cerebro. Que pudiera apagarlo del mismo modo que apago la televisión. Apagarla e inmediatamente vaciar mi mente de todas esas imágenes y pensamientos preocupantes. Y simplemente dejar una pantalla en blanco. O si pudiera quitarme la cabeza, ponerla en la mesilla de noche y olvidarme de ella hasta por la mañana. Y luego volver a colocarla cuando la necesitara.