Autores:
  • Un acontecimiento no es intrínsecamente más inteligible o ininteligible por el ritmo al que se mueve. Para un hombre que no cree en los milagros, un milagro lento sería tan increíble como uno rápido. Puede que la bruja griega convirtiera a los marineros en cerdos con un golpe de varita. Pero ver a un caballero naval conocido nuestro parecerse cada día un poco más a un cerdo, hasta acabar con cuatro patas de cerdo y una cola rizada, no sería más tranquilizador. Sería más bien espeluznante e inquietante.