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  • Tengo dos hijas que tendrán que abrirse camino en este mundo obsesionado con la delgadez, y eso me preocupa, porque no quiero que sean clones demacrados, obsesionados consigo mismos y con la cabeza hueca; preferiría que fueran independientes, interesantes, idealistas, amables, obstinadas, originales, divertidas... mil cosas, antes que "delgadas". Y francamente, preferiría que no les importara una ráfaga de flatulencia apestosa de chihuahua si la mujer que está a su lado tiene las rodillas más carnosas que ellas. Que mis niñas sean Hermiones, en lugar de Pansy Parkinsons. Que nunca sean Chicas Estúpidas.