Debes tener una habitación, o una cierta hora al día, en la que no sepas lo que ha salido en los periódicos esa mañana, no sepas quiénes son tus amigos, no sepas lo que le debes a nadie, no sepas lo que nadie te debe a ti. Este es un lugar donde puedes simplemente experimentar y sacar a la luz lo que eres y lo que podrías ser. Es el lugar de la incubación creativa. Al principio puede que no ocurra nada. Pero si tienes un lugar sagrado y lo utilizas, al final ocurrirá algo.