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  • Ah, afligido, tus discapacidades estaban destinadas a unirse con las habilitaciones de Dios, tu debilidad a aparearse con Su poder. La gracia de Dios está a mano -suficiente- y en su mejor momento cuando la debilidad humana es más profunda. Apropiate de ella y aprende que los que esperan en Dios son más fuertes en su debilidad que los hijos de los hombres en su más robusta salud y vigor.