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El amor no es más que una locura; y, os digo, merece tan bien una casa oscura y un látigo como los locos; y la razón por la que no son tan castigados y curados es que la locura es tan ordinaria que los azotadores también están enamorados.
El amor no es más que una locura; y, os digo, merece tan bien una casa oscura y un látigo como los locos; y la razón por la que no son tan castigados y curados es que la locura es tan ordinaria que los azotadores también están enamorados.