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Las cosas se rompen todo el tiempo. Cristales, platos y uñas. Coches y contratos y patatas fritas. Puedes romper un récord, un caballo, un dólar. Puedes romper el hielo. Hay pausas para el café, para comer y para ir a la cárcel. Se rompe el día, se rompen las olas, se rompen las voces. Las cadenas pueden romperse. También el silencio, y la fiebre... Las promesas se rompen. Los corazones se rompen.