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Recuerdo que una mañana, al levantarme al amanecer, tenía una sensación de posibilidad. Ya sabes, esa sensación. Y recuerdo que pensé: Este es el comienzo de la felicidad. Aquí es donde empieza. Y, por supuesto, siempre habrá más. Nunca se me ocurrió que no era el principio. Era la felicidad. Era el momento. En ese momento.