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Nada tiende más a cimentar los corazones de los cristianos que rezar juntos. Nunca se aman tanto los unos a los otros como cuando son testigos de la efusión de sus corazones en la oración.
Nada tiende más a cimentar los corazones de los cristianos que rezar juntos. Nunca se aman tanto los unos a los otros como cuando son testigos de la efusión de sus corazones en la oración.