-
Amos se detuvo ante la entrada, que tenía el tamaño de la puerta de un garaje: un oscuro y pesado cuadrado de madera sin picaporte ni cerradura visibles. "Carter te busca". "¿Cómo...?" "¿Cómo crees?" Gran otro misterio. Estaba a punto de sugerir que golpeáramos la cabeza de Amos contra la puerta para ver si funcionaba.