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  • Había muchas palabras que no soportabas oír y finalmente sólo los nombres de los lugares tenían dignidad. Ciertos números eran iguales y ciertas fechas y éstas con los nombres de los lugares era todo lo que se podía decir y que significaran algo. Palabras abstractas como gloria, honor, valor o santificar eran obscenas al lado de los nombres concretos de los pueblos, los números de las carreteras, los nombres de los ríos, los números de los regimientos y las fechas.

    Ernest Hemingway (2016). “A Farewell to Arms”, p.109, Hamilton Books