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¡No, no, no, no! Venga, vámonos a la cárcel: Nosotros dos solos cantaremos como pájaros en la jaula: Cuando me pidas la bendición, me arrodillaré, y te pediré perdón: así viviremos, y rezaremos, y cantaremos, y contaremos viejas historias, y reiremos de mariposas doradas, y oiremos a los pobres pícaros hablar de las noticias de la corte; y también hablaremos con ellos, quién pierde y quién gana; quién está dentro, quién está fuera; y asumiremos el misterio de las cosas, como si fuéramos espías de Dios: y desgastaremos, en una prisión amurallada, paquetes y sectas de grandes, Que fluyen y refluyen por la luna.