Autores:
  • Sabía que no sería fácil someterse a su tacañería, ni a la insensatez de su prematura apariencia de edad, ni a su maniático sentido del orden, ni a su afán de como para todo y no dar nada a cambio, pero a pesar de todo, ningún hombre era mejor compañía porque ningún otro hombre en el mundo estaba tan necesitado de amor.