Autores:
  • Ninguna justificación de la virtud permitirá al hombre ser virtuoso. Sin la ayuda de emociones entrenadas, el intelecto es impotente frente al organismo animal. Prefiero jugar a las cartas contra un hombre bastante escéptico sobre la ética, pero educado para creer que "un caballero no hace trampas", que contra un filósofo moral irreprochable que se ha criado entre afilados.