Autores:
  • ¡Amigo de los huérfanos! ¡Fuente de felicidad! ¡Señor del cubo de la bazofia! Oh, cómo arde mi alma cuando contemplo tu mirada tranquila y dominante. ¡Como el sol en el cielo, camarada Napoleón! Tú eres el dador de todo el amor de tus criaturas, Vientre lleno dos veces al día, paja limpia para revolcarse; Cada bestia grande o pequeña, Duerme en paz en su establo, ¡Tú vigilas a todos, Camarada Napoleón! Si yo hubiera tenido un lechón, antes de que creciera tanto como una botella o un rodillo, habría aprendido a serte fiel y leal.