-
Si caemos, no necesitamos autorrecriminarnos, culparnos o enfadarnos, sino despertar nuestra intención y la voluntad de volver a comprometernos, de ser sinceros una vez más.
Si caemos, no necesitamos autorrecriminarnos, culparnos o enfadarnos, sino despertar nuestra intención y la voluntad de volver a comprometernos, de ser sinceros una vez más.