Autores:
  • Esta fuente de corrupción, por desgracia, es inherente al propio sistema democrático, y sólo puede controlarse, si acaso, encontrando la manera de animar a los legisladores a subordinar la ambición a los principios.

    James L. Buckley (2010). “Freedom at Risk: Reflections on Politics, Liberty, and the State”, p.245, ReadHowYouWant.com