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  • Me alegraba de que a mi padre le brillaran los ojos. Eso significaba que nunca me regalaba una sonrisa falsa, porque es imposible hacer que tus ojos centelleen si tú mismo no te sientes centelleante. Sonreír con la boca es diferente. Puedes fingir una sonrisa con la boca siempre que quieras, simplemente moviendo los labios. También he aprendido que una sonrisa bucal de verdad siempre va acompañada de una sonrisa ocular, así que ten cuidado cuando alguien te sonría con la boca pero no te mire a los ojos. Seguro que es falsa.

    "Danny, the Champion of the World". Book by Roald Dahl, 1975.