Autores:
  • El hambre física de un hombre no prueba que vaya a conseguir pan; puede morir de inanición en una balsa en el Atlántico. Pero sin duda el hambre de un hombre sí prueba que proviene de una raza que repara su cuerpo comiendo y habita un mundo donde existen sustancias comestibles. Del mismo modo, aunque no creo (ojalá lo creyera) que mi deseo del Paraíso pruebe que lo disfrutaré, creo que es un indicio bastante bueno de que tal cosa existe y de que algunos hombres lo harán.

    C. S. Lewis (2009). “Weight of Glory”, p.32, Harper Collins