-
Cuando odiamos a nuestros enemigos, les estamos dando poder sobre nosotros: poder sobre nuestro sueño, nuestros apetitos, nuestra presión arterial, nuestra salud y nuestra felicidad.
Cuando odiamos a nuestros enemigos, les estamos dando poder sobre nosotros: poder sobre nuestro sueño, nuestros apetitos, nuestra presión arterial, nuestra salud y nuestra felicidad.