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Cuando me niego a obedecer una ley injusta, no impugno el derecho de la mayoría a mandar, sino que simplemente apelo de la soberanía del pueblo a la soberanía de la humanidad.
Cuando me niego a obedecer una ley injusta, no impugno el derecho de la mayoría a mandar, sino que simplemente apelo de la soberanía del pueblo a la soberanía de la humanidad.