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  • No tengo miedo de Dios, y sin embargo el miedo me mantiene despierto por la noche, el miedo al diablo. Y si creo en el diablo, debo creer en Dios. Y si el mal me es aborrecible, debo ser un santo. Henry, sálvame de la beatificación, de los horrores de la perfección estática. Precipítame al infierno.