-
Una demanda tiránica y glotona de afecto puede ser algo horrible. Pero en la vida ordinaria nadie llama egoísta a un niño porque acuda en busca de consuelo a su madre; ni a un adulto que acude a su semejante "en busca de compañía". Los que menos lo hacen, sean niños o adultos, no suelen ser los más desinteresados.