Autores:
  • Si el oro se ha valorado por ser el elemento más inerte, inmutable e incorruptible, el agua se valora por la razón contraria: su fluidez, movilidad, mutabilidad, que la convierten en una necesidad y una metáfora de la vida misma. Valorar el oro por encima del agua es valorar la economía por encima de la ecología, lo que puede encerrarse por encima de lo que conecta todas las cosas.

    Rebecca Solnit (2008). “Storming the Gates of Paradise: Landscapes for Politics”, p.124, Univ of California Press