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  • A todos los que pensáis que estáis perdidos o sin esperanza, o que creéis que habéis hecho demasiado mal durante demasiado tiempo, a todos los que os preocupáis porque estáis varados en algún lugar de las llanuras invernales de la vida y habéis destrozado vuestra carretilla de mano en el proceso, os invocamos "el estribillo implacable de Jehová: "Mi mano está extendida todavía"" (Isaías 5:25: 9:17,21). "Su misericordia es eterna, y su mano está extendida. Suyo es el amor puro de Cristo, la caridad que nunca se agota, esa compasión que perdura incluso cuando todas las demás fuerzas desaparecen".