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Querida América, supongo que deberíamos presentarnos: Somos del sur de Luisiana... Probablemente ya sepas que hablamos raro y escuchamos música extraña y comemos cosas que probablemente contratarías a un exterminador para que sacara de tu jardín. Bailamos aunque no haya radio. Bebemos en los funerales. Hablamos demasiado y nos reímos demasiado alto y vivimos demasiado a lo grande y, francamente, desconfiamos de los que no lo hacen.