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  • Los coyotes tienen el don de no ser vistos casi nunca; se mantienen en el límite de la visión y más allá, entrando y saliendo de la cobertura en las llanuras y las tierras altas. Y por la noche, cuando el mundo entero les pertenece, parlotean en el río con los perros, sus voces más agudas y agudas llenas de autoridad y reprimenda. Son un viejo consejo de payasos, y se les escucha.