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Es curioso cómo pueden pasar delante de ti desconocidos todos los días y lo único que ves es una sombra plana, un contorno vago, sin fijarte en ninguno de los detalles. Se mueven en una multitud gris, siempre con el mismo aspecto y actuando igual, simples caricaturas de lo que son en realidad, pero una vez que llegas a conocerlos, te fijas en las cosas más específicas y minúsculas, prestas atención a los entresijos de sus personalidades, sus hábitos y formas particulares de caminar y hablar, los sutiles cambios en su aspecto y forma de vestir.